Ceniceros: «La reforma integral del Sagasta supone saldar una deuda con la memoria colectiva de nuestra ciudad y sus gentes”
El Gobierno riojano invertirá 26 millones de euros para adaptar el edificio a las necesidades educativas del siglo XXI y potenciar su vertiente cultural y social
El presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, ha manifestado que el edificio del IES Sagasta ha sido durante los últimos 128 años “el centro de la actividad académica y cultural de Logroño, y también de toda La Rioja” y ha resaltado que, afrontar su “reforma integral para devolverle la presencia y el protagonismo que merece, supone saldar una deuda con la memoria colectiva de nuestra ciudad y de sus gentes”.
José Ignacio Ceniceros ha presidido la presentación del proyecto de reforma del centro, en la que han participado también el consejero de Educación, Formación y Empleo, Alberto Galiana, y el jefe de servicio del Servicio de Gestión Técnica del Patrimonio, Miguel Fernández Rueda, arquitecto que ha dirigido el diseño de la obra, en la que el Gobierno riojano invertirá 26 millones de euros.
La ejecución de este proyecto, que Ceniceros ha definido como “una de las principales actuaciones de rehabilitación del patrimonio que va a ejecutar el Gobierno de La Rioja en su historia”, se licitará durante este trimestre y el plazo de ejecución previsto es de 30 meses.
“No se trata de una rehabilitación ordinaria ya que hay elementos que hacen único a este edificio”, ha subrayado José Ignacio Ceniceros, en referencia a que desde su construcción “ha sido sede del primer y durante muchos años único Instituto de Segunda Enseñanza de La Rioja” y, además, en sus aulas estudiaron personajes como el Dr. Zubía, Joaquín Elizalde, Josemaría Escrivá de Balaguer, Amós Salvador, Práxedes Mateo Sagasta, El Dr. Castroviejo, Julio Rey Pastor o Tomás Mingot. Además, ha acogido el Ateneo Riojano, el Círculo Logroñés, la Biblioteca Pública, el IER, la Escuela de Arte, de Peritos, de Magisterio y de Comercio, entre otros.
Respecto al proyecto impulsado por el Gobierno de La Rioja, Ceniceros ha explicado que garantiza en todo momento los usos educativos del edificio, adaptando la infraestructura a las necesidades actuales de la enseñanza y, desde un punto de vista patrimonial, permitirá la conservación de “joyas que lo hacen único, como su biblioteca o su impresionante gabinete de historia natural, legado del que fuera profesor Ildefonso Zubía”.
A este respecto, ha detallado que han sido debidamente catalogados por el IER y serán devueltos al edificio cuando finalicen las obras. En concreto, el herbario del Doctor Zubía, una recopilación sistemática de la flora riojana que comenzó a elaborarse en 1847 y es único en España, “contará con un proyecto museográfico específico y una parte expositiva para disfrute de todos”, al igual que la biblioteca, con sus más de 30.000 volúmenes. “Consecuencia del poso que sobre sus anaqueles han dejado más de un siglo de presencia cultural y académica en Logroño y La Rioja, incluyendo ejemplares de los siglos XVI y XVII”, ha resaltado.
Por otra parte, el presidente del Ejecutivo riojano ha destacado que el proyecto supone también “un impulso a la revitalización del centro de Logroño” y, junto con las actuaciones que desarrollará el Ayuntamiento logroñés en la zona, “el Sagasta y la Glorieta se convertirán en un nexo de unión del Casco Antiguo con el resto de la ciudad”. Esta actuación, junto con otras como el Palacio de Justicia o el soterramiento, representan, según ha indicado, “una apuesta clara por valorizar el patrimonio urbano, ganando para la ciudad espacios y dotaciones públicas que mejoren la calidad de vida de los vecinos”.
Asimismo, ha agradecido la positiva actitud y la vinculación con la esencia y valores del Sagasta que están manteniendo sus 1.000 alumnos, 75 profesores y comunidad educativa durante este complejo proceso.
Racionalización de espacios y mejora de la iluminación natural
Por su parte, el arquitecto Miguel Fernández Rueda ha explicado que, con el objetivo de adaptar el edificio a las necesidades educativas del siglo XXI y potenciar su vertiente cultural y social, el proyecto racionalizará los espacios y mejorará la iluminación natural, la eficiencia energética del edificio y su adaptación a la normativa actual en materia de seguridad y accesibilidad.
En este sentido, contempla mantener como principal la fachada norte, por la que se accederá a salas emblemáticas como el salón de actos, el aula magna o la biblioteca, y propone una segunda entrada en la fachada de Duquesa de la Victoria, que utilizarán principalmente los alumnos. Esta distinción permitirá un horario de apertura y un control de accesos independientes para ambos espacios.
Dentro del edificio, en la planta baja se situarán 1º y 2º de ESO, mientras que 3º y 4º irán a la planta 1, y Bachillerato se alojará en la segunda planta. Esta planta segunda, nueva en la concepción original del edificio, reduce el fondo de la crujía para permitir la entrada de luz al corredor de distribución de la planta primera y permite ajustar su anchura a los espacios requeridos. En esta crujía se genera una planta baja rasante destinada a vestuarios para los usos deportivo y cultural, almacenes y una importante área de instalaciones. Únicamente en esta crujía será necesario vaciar su interior para adecuar su estructura formal y resistente a las nuevas necesidades.
La adopción de este sistema compacto en la crujía sur libera un importante espacio en el interior del edificio, recupera la estructura formal del resto de crujías como grandes contenedores que en la planta primera se destinan a las aulas emblemáticas del instituto (laboratorio de física y química, laboratorio de ciencias naturales, aula de dibujo o talleres, aula magna y salón de actos). En planta baja estos grandes espacios se destinan a usos deportivos y culturales.
Los dos patios interiores se cubrirán para minimizar el exceso de sol en el interior del edificio en determinadas épocas y horarios, y generar espacios de recreo que podrán utilizarse durante todo el año. La escalera imperial se recuperará para dar servicio a los espacios emblemáticos, al tiempo que se creará una nueva junto al vestíbulo y acceso sur para minimizar los recorridos de los alumnos por el interior del edificio.
El programa docente dispone de diez aulas en la segunda planta, doce en la primera y ocho en la baja. Además contará con dos aulas de informática, laboratorio de física, laboratorio de química, laboratorio de ciencias naturales, aula de plástica y de música, taller de tecnología, aula magna y salón de actos, así como espacios destinados al profesorado, la jefatura de estudios, dirección, conserjería, aseos, limpieza, etcétera. La superficie útil total destinada a espacios docentes de 8.689,0 m2.
El programa cultural cuenta con diversas salas que podrían ser utilizadas para exposiciones temporales o permanentes, con acceso y aseos independientes, y una superficie útil total de 1.312,3 m2. Por su parte, el programa deportivo dispondrá también de acceso, aseos y vestuarios independientes, y un gimnasio al que se le podrá incorporar uno de los patios cubiertos, con una superficie útil total de 990.8 m2.
De esta forma, el centro contará con una superficie útil total de 10.992,10 m2 y una superficie construida total de 14.583,70 m2.
Por último, Fernández Rueda ha explicado que la porción de muralla localizada durante las catas arqueológicas se conservará y se valorizará dentro de la edificación proyectada. Esta porción pertenecía a la muralla construida en Logroño para defender la zona del Convento de los Carmelitas durante la primera Guerra Carlista, desarrollada entre 1833 y 1840, que sería derribada en 1861 y 1862.