El descenso de la presión asistencial del COVID-19 se consolida en el ámbito hospitalario
Preparados para cualquier posible escenario que pueda llegar a producirse, los diferentes controles de los hospitales del Sistema Público de La Rioja están volviendo progresivamente a su nueva normalidad.
Este fin de semana se ha producido el alta en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Pedro del último paciente ingresado con COVID-19 en este control durante las semanas de mayor incidencia de la pandemia en La Rioja. Con este hito, se consolida el descenso de la presión asistencial por la enfermedad en la comunidad, que alcanzó la mayor cifra de ingresados el pasado 3 de abril, con un total de 431 personas hospitalizadas por COVID-19 en la comunidad.
Ayer, a primera hora de la mañana, la cifra de ingresados por coronavirus en La Rioja se situaba en diecinueve personas, de las que tres presentaban sintomatología compatible con la enfermedad y esperaban confirmación diagnóstica. En estas situaciones concretas, el personal sanitario sigue todos los procedimientos y trata los pacientes como si fueran casos confirmados para interrumpir la cadena de transmisión con la mayor anticipación posible.
Ante esta evolución, el director del Área de Salud de La Rioja, Alberto Lafuente, subraya la importancia de mantener las máximas precauciones en el ámbito asistencial, a pesar del descenso del número de pacientes ingresados y en tratamiento domiciliario. “Aunque hoy no haya pacientes ingresados por COVID-19 en un control o en un centro sanitario, estos hitos no quieren decir que hayamos superado la enfermedad ni que no tengamos que estar alerta. El Hospital están retomando su actividad progresivamente, de manera acompasada al descenso de la presión asistencial y según avanzamos en las fases de desescalada, ya que vamos midiendo la evolución de la enfermedad en tiempo real”, afirma.
Para Lafuente, “el Sistema Público ha demostrado su músculo y flexibilidad en los momentos de mayor y más grave incidencia, y volverá a hacerlo si es necesario. Estamos en un escenario de desescalada y transición hacia una nueva normalidad que requiere no bajemos la guardia, ni los ciudadanos y ni el sistema asistencial”.
Evolución asistencial
Desde el inicio de la pandemia y el primer caso en La Rioja, registrado el 2 de marzo, 1.505 personas con diagnóstico confirmado de COVID-19 han sido hospitalizadas en La Rioja, de las que 91 requirieron ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), según los datos comunicados ayer al Ministerio de Sanidad.
La mayor presión asistencial se registró entre los últimos días de marzo y la primera semana de abril, con un máximo de 393 pacientes ingresados en planta el 3 de abril. En este periodo, el Sistema Público de Salud llegó a habilitar diez controles en el Hospital San Pedro de Logroño, un control en el Hospital General de La Rioja y en el Hospital de Calahorra, la segunda planta y él área destinada a Hospital de Día Quirúrgico.
Por su parte, el mayor número de pacientes de COVID-19 en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) se alcanzó el 4 de abril, con cuarenta personas ingresadas. Durante esa semana, todo el país atravesó sus días de máxima presión asistencial en las unidades para tratar a los pacientes más graves.
Aun así, el 8 de abril ingresó en la UCI del Hospital San Pedro de Logroño un paciente de Soria, que fue trasladado a planta ocho días después y, una vez estabilizado, volvió a su hospital de referencia en la capital soriana el 27 de abril. Según Alberto Lafuente, “hechos como éste constatan que tenemos que entender el Sistema Público de Salud como una unidad y que hemos sabido hacer frente a una de las mayores crisis asistenciales juntos, siendo conscientes de que nos enfrentamos a una enfermedad que no conoce de límites territoriales o ideologías y así tenemos que plantearnos también el futuro”.
El número de camas UCI del Hospital San Pedro llegó a triplicarse progresivamente durante la evolución de la pandemia para adaptarse a la incidencia asistencial del coronavirus. De las 17 camas UCI disponibles desde su inauguración en 2007, el Hospital, ha llegado a tener desplegadas a un total de 55 (45 para pacientes con coronavirus y diez para otras patologías), distribuidas entre las zonas de Quirófano, Reanimación y Cirugía Mayor Ambulatoria, además de en la propia UCI.
Repliegue del dispositivo
El repliegue del dispositivo asistencial COVID-19 para recuperar la actividad progresivamente comenzó en el Hospital San Pedro el 15 de abril, con el cierre de los primeros controles de enfermería habilitados excepcionalmente para pacientes con COVID-19. Ese mismo día se cerraron los 2A y 4B y le siguieron los controles 5A y el 5B cinco días más tarde; el 5C (27 de abril); el 5D (30 de abril), el 6B (4 de mayo); y el 3C (12 de mayo). A día hoy, dos controles siguen destinados aún a pacientes con coronavirus: 7A y 6A.
Por su parte, el Hospital General de La Rioja dio de alta a su ultimo paciente con COVID-19 e inicio la desactivación de su control el pasado 20 de mayo, aunque diez antes, el 10 de mayo, el Hospital de Calahorra fue el primer centro del Sistema Público de La Rioja que no tenía ningún ingresado por la enfermedad, algo que ha sucedido también de manera puntual en días sucesivos. Como explica el director del Área de Salud de La Rioja, “que no haya un ingresado hoy, no quiere decir que no vaya a haberlo en el futuro más inmediato. Y más cuando cualquier persona con sintomatología tiene que ser tratada como si fuera un caso confirmado hasta tener los resultados diagnósticos”.
En cuanto a la desescalada asistencial en los controles para los pacientes críticos, se deshabilitó, en un primer lugar, Cirugía Mayor Ambulatoria (la segunda quincena de abril), seguido de Reanimación (primera semana de mayo) y la zona de Quirófanos, en la tercera semana de mayo. Estos controles se desactivaron a lo largo de varios días, tanto por las tareas de adecuación específica que requieren como por el traslado paulatino de los pacientes y la apertura de la nueva Área Polivalente de Críticos, que ha ampliado la capacidad del Hospital del San Pedro hasta las 32 camas para los pacientes más graves.
“Ahora, el Sistema Público de La Rioja está más preparado que nunca para hacer frente a cualquier repunte de la enfermedad que pueda llegar a producirse, tanto en las plantas hospitalarias como en las unidades de Críticos”, resume Lafuente.