La Asociación Salud Mental La Rioja se congratula de las actividades realizadas este mes en torno a la ‘Salud mental y bienestar, una prioridad global’
Si bien el 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, con el lema ‘Salud mental y bienestar, una prioridad global’, en el que se reivindicaba por parte del movimiento asociativo la necesidad de una mayor inversión en recursos para atender los problemas de salud mental, reclamando que estas inversiones sean una prioridad para las administraciones públicas a todos los niveles, lo cierto es que durante todo el mes de octubre se han mantenido diversas actividades que han tenido como objetivo poner la mirada en las personas con problemas de salud mental y luchar contra el estigma. La pandemia por el COVID-19 sigue sacando a la luz la fragilidad de la salud mental y la necesidad de prestarle una atención que en estos momentos es ya urgente.
No en vano, la directora de la Asociación Salud Mental La Rioja, Marivi Ercilla, ha anunciado que “vienen tiempos muy difíciles de crisis económica, desempleo, desahucios, que van a afectar a la salud mental de toda la población, generando problemas, o agravando los ya existentes, y a esto se suman los suicidios, de los que tenemos constancia que la situación está empeorando. Y es que no debemos olvidar que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 4 personas en el mundo ha tenido, tiene o tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida, y que los trastornos mentales serán la primera causa de discapacidad a nivel mundial en el año 2030, por lo que el escenario de la salud mental se presenta bastante desolador, si no se ponen en marcha las soluciones y las medidas necesarias, pero desde ya mismo, ya que luego será tarde.”
El movimiento asociativo reunido en la Confederación Salud Mental España, del que la asociación riojana es miembro fundador, reivindica que la atención a los problemas de salud mental se haga desde una perspectiva transversal que abarca el empleo, la educación, la sanidad, la discriminación, la pobreza, la exclusión social o la discapacidad.
Escasez de recursos en la atención sociosanitaria:
Uno de los principales problemas de la salud mental en nuestra Comunidad, según Marivi Ercilla, es la precariedad de recursos dentro del ámbito sociosanitario público, que ahora, con la pandemia de la COVID-19 se ha hecho más visible que nunca.
No solamente porque “según el Consejo General de Psicología, España tiene cuatro veces menos profesionales de Psicología en la sanidad pública que la media europea (4 por 100.000 habitantes frente a los 18 por 100.000 en Europa), sino porque somos conscientes de que, en Atención Primaria, que es la puerta de entrada a la atención en salud mental, hay una falta, tanto de profesionales, como de formación específica en salud mental, que no está permitiendo detectar de manera temprana los trastornos mentales y derivar a los recursos comunitarios existentes”, sostiene Marivi Ercilla, “lo que se ha venido agravando con la pandemia que ha puesto en clara evidencia las lagunas de nuestro sistema, al tiempo de que ha habido, y sigue habiendo, una ausencia generalizada de protocolos específicos para atender la salud mental de las personas afectadas por la COVID-19 y su entorno, pero también la de los profesionales del ámbito sociosanitario”.
La inexistencia de recursos de alojamiento para el colectivo también es otro de los grandes problemas en La Rioja, lo cual está generando graves problemas de marginación y exclusión social.
Salud mental en las aulas: una apuesta por la educación emocional
Siendo conscientes de que “la infancia es la etapa en la que se inicia el aprendizaje y la socialización, y en ella la escuela tiene un papel protagonista, ya que es el momento de la adquisición, maduración y consolidación de las funciones elementales, se deben desarrollar estrategias que fomenten un sistema educativo inclusivo y que potencie las habilidades, intereses, necesidades y capacidades de cada persona; que habilite una asignatura de educación emocional en las aulas, para prevenir situaciones de violencia, discriminación o acoso y fomentar la tolerancia y la aceptación de la diversidad; y que cuente con los recursos suficientes que permitan, por un lado, prevenir o detectar precozmente cualquier indicio que pueda sugerir la presencia o aparición de un problema de salud mental en los alumnos y alumnas, y por otro, actuar sobre el problema a tiempo”, afirma la directora de la Asociación Salud Mental La Rioja, que indica que “es fundamental apostar por programas educativos que incluyan contenidos destinados a la formación sobre el uso responsable de estas herramientas”.
Empleo y salud mental: un derecho en cuarentena
Pero además, las personas con problemas de salud mental se enfrentan a numerosas barreras para su integración laboral debido a prejuicios negativos instaurados socialmente y a una falta de adaptación de los puestos de trabajo.
En 2018 -últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE)-, la tasa de desempleo de las personas con un trastorno mental fue de un 82,4 %, la más alta de todos los tipos de discapacidad. Por ello, apunta Marivi Ercilla, “es absolutamente necesaria la creación de políticas activas de empleo, que favorezcan la inserción laboral con todas la garantías y derechos de las personas con problemas de salud mental, porque no debemos ocultar que tener un empleo digno, saludable y motivador supone una herramienta útil y eficaz para formar parte activa de la sociedad y para su recuperación”, lo que debe conjugarse con la responsabilidad social que tienen las empresas de implantar y respetar medidas de conciliación por lo que deben propiciar condiciones laborales adecuadas, evitando situaciones de acoso, discriminación o explotación social”.
La salud mental, invisible en grupos de población vulnerables
Nadie oculta en la sociedad actual que mujeres, población infantil, migrantes o personas sin hogar son algunos de los grupos sociales más vulnerables y sensibles a ver afectada su salud mental.
Las mujeres tienen 3 veces más riesgo de tener depresión y el doble de tener ansiedad que los hombres y, de aquellas que tienen un trastorno mental, más de un 40 % ha sido víctima de violencia sexual en algún momento de su vida, en muchas ocasiones en la infancia.
Según la Encuesta Nacional de Salud (ENSE) de 2017, el 1 % de la población infantil tenía problemas de salud mental. Sin embargo, y a pesar de esta prevalencia, en España aún no existe una especialidad en Psiquiatría Infanto-juvenil, que asegure una atención específica y evite la sobremedicación de niños y niñas, que reciben tratamiento a partir de los mismos criterios médicos que se emplean para las personas adultas.
Otro de los grupos vulnerables, cuya salud mental está invisibilizada es la población migrante. Se estima que tiene el doble de riesgo de desarrollar un trastorno mental que el resto de la población, dada la falta de medios materiales y redes de apoyo, que en ocasiones les lleva incluso a una situación de calle, donde los trastornos se agravan aún más.
Pero además en la España del siglo XXI, hay más de 30.000 personas sin hogar, de las que el 50 % tiene un problema de salud mental y a las que la pandemia las ha situado en una situación de extrema vulnerabilidad. Según Marivi Ercilla “para estas personas apenas existen recursos de apoyo y programas psicológicos de rehabilitación que aseguren sus derechos sociales y sanitarios. Por eso, es primordial que los programas de atención cubran más allá de las necesidades básicas e incluyan intervención integral de rehabilitación, que aborden incluso otros problemas como las adicciones”.
Todos estos temas, según la directora de Salud Mental La Rioja, marcan la fragilidad actual en la que vive este colectivo y que han sido tratados en los cuatro seminarios online, gratuitos y abiertos celebrados este mes de octubre los días 8, 13, 22 y 29.
La Asociación organizó también la tradicional Carrera Solidaria ‘La salud mental, una carrera de fondo’, que este año ha cumplido su sexta edición y ha sido virtual por la pandemia. “Más de 1.000 personas se han sumado a nuestra causa y han puesto su granito de arena, con su gesto solidario, para ayudarnos a combatir el estigma que pesa sobre esta enfermedad”, comenta Ercilla. También el Ayuntamiento de Logroño iluminó los días 10 y 11 de octubre la plaza de La Diversidad y la Muralla del Revellín de color verde, como símbolo de esperanza y de apoyo a las personas afectadas.