La Asociación Parkinson Rioja ha conseguido en su 3er Mercadillo Solidario que desarrolló del 3 al 7 de julio en su propia sede, Doctores Castroviejo 36, bajo de Logroño y el día 8 en que se unieron al Mercado que celebra la Asociación del Carmen, en la plaza La Alhóndiga Municipal, es decir en la plazuela del Centro de Salud Espartero, suspendido el día 9, domingo, por el luto que supuso el agresor que asesinó a su mujer en la plaza Martínez Flamarique, la cantidad de 3.030 euros -el año pasado recogieron 1.376 euros- y han decidido dedicarlo, dada la cantidad conseguida, a la reforma que les indicó Sanidad en su propia sede de poner dos lavabos, con agua caliente, y por ello poder hacer obra en el mes de agosto. No obstante, lo conseguido no cubrirá, totalmente, esta rectificación que les indicó Sanidad pero que tienen que realizar.

Este Mercadillo ofreció a los solidarios riojanos la posibilidad de adquirir una variada gama de artículos como: ropa, libros, discos, productos de droguería, bisutería o deportes, todos ellos de stock y a unos excelentes precios, además de artículos de manualidades que elaboran los miembros de la propia Asociación.

Han colaborado con este Mercadillo Solidario, el Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño, siendo las empresas colaboradoras: Comercios de Logroño, Fundación ¨la Caixa¨, Cafetería Oslo, Copy Laser, Cafetería Las Palmeras y Paseo de las 100 Tiendas.

La Asociación Parkinson Rioja atiende en Doctores Castroviejo 36, bajo de Logroño, de lunes a viernes de 11.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 horas salvo los viernes por la tarde, aunque también pueden contactar con ellos en los teléfonos 601 005 521 y 941 401 551 o el correo electrónico info@parkinsonrioja.org

Se estima que en La Rioja esta enfermedad afecta actualmente a 2.200 personas según el sistema público de salud y desgraciadamente, cada vez se da en personas de más temprana edad. No existe una cura, fármaco, ni técnica que detenga su evolución.

La medicina actual cuenta con diferentes fármacos y métodos que únicamente maquillan los síntomas más visibles en los inicios de la enfermedad, que tienen un gran número de contraindicaciones y efectos secundarios y que con el paso del tiempo va perdiendo efectividad. Es por eso que el afectado y su entorno se encuentran bajo una situación de vulnerabilidad e incertidumbre que se va incrementado a medida que evoluciona la enfermedad.