El PR+ pide al Ayuntamiento que rectifique la ordenanza de terrazas
Antoñanzas no quiere que se someta al sector a una situación de inquietud innecesaria. El concejal del PR+ cree que “las terrazas son un rasgo propio de nuestra ciudad, generan empleo y riqueza, y pagan tasas importantes por la utilización del suelo”.
El concejal del Partido Riojano (PR+) en el Ayuntamiento de Logroño, Rubén Antoñanzas, ha dejado claro que “estamos en contra de la nueva ordenanza de terrazas que goza del consenso del Gobierno y de todos los grupos de la oposición, excepto del Partido Riojano”.
Antoñanzas ha esgrimido diversos motivos “de fondo y de forma” para manifestar su oposición a la norma. Respecto a las cuestiones de fondo, el Concejal cree que “la ordenanza, en general, trata la instalación de terrazas como si fuera un elemento que genera una grave distorsión para la convivencia entre el ocio, los tráficos y los vecinos”. Antoñanzas piensa que “eso no es así, las terrazas están en el ADN de Logroño y son un rasgo propio de nuestra ciudad”.
El regionalista opina que “las terrazas dan un servicio que la mayoría utilizamos y que valoramos, todos en algún momento somos usuarios de las terrazas, son un atractivo de la ciudad y dan ambiente, especialmente en los periodos festivos, además, las terrazas generan empleo, riqueza y pagan tasas importantes por la utilización del suelo”.
No se puede tratar igual a zonas urbanísticamente totalmente distintas
Para el edil del PR+, “es muy posible que haya que corregir algunos aspectos, normalmente derivados de la difícil distribución cuando proliferan muchas terrazas en espacios limitados, pero de ahí a lo que plantea esta ordenanza hay una gran diferencia”.
En concreto, “se plantean medidas absolutamente desproporcionadas o inaceptables para los hosteleros, como, por ejemplo, la ampliación del ancho de acera mínimo de 3,5 metros a 4,5 metros para poder instalar una terraza”, ha valorado el Concejal. A su juicio, “esta propuesta que hacen significa no conocer Logroño, en particular la ciudad tradicional, el centro y sus ensanches, donde muchas aceras no suelen tener más de tres metros y medio”.
Antoñanzas opina que “si se aplicase esta propuesta, supondría la eliminación de la posibilidad de instalar terrazas en muchas calles, algunas con una historia tan arraigada como la avenida de Portugal o República Argentina, pero hay muchas más”. En ese sentido, al regionalista no le parece razonable que “esta ordenanza trate de forma igualitaria a partes de la ciudad que son urbanísticamente totalmente distintas, no es lo mismo zonas de Logroño planificadas y diseñadas con los conceptos urbanísticos del sigo XXI a otras zonas de siglos anteriores”.
Por otro lado, “el incremento de 2 a 6 metros para las terrazas con estructura fija situadas fuera del ámbito de la fachada del bar, afectará a muchas terrazas con estructura fija construidas en los últimos años”. Antoñanzas entiende que “no parece razonable haber impulsado desde el Ayuntamiento este tipo de terrazas y, al poco tiempo, modificar su tamaño y funcionamiento”.
El nuevo cálculo para el espacio destinado a terrazas, en función de los metros del local y de su frente, unido al resto de restricciones, también supondrá, a juicio del riojanista, “la desaparición de terrazas o su reducción volumétrica en una cuantía importante, nosotros defendemos que este u otro modelo de cálculo solo debería aplicarse en el caso de conflicto en el reparto de espacio entre establecimientos distintos”.
Las últimas modificaciones de la ordenanza se produjeron en 2009 y 2012. Desde entonces, por cuestiones generales, como el hecho de disponer de un buen espacio para terraza, o por cuestiones particulares, como la ley del tabaco o la autorización de las ‘terrazas de invierno’, muchos hosteleros han realizado importantes inversiones en la adquisición y reforma de locales, o en la adecuación de los existentes, en mobiliario de terrazas, en instalaciones fijas exteriores… Por todo ello, “no nos parece justo un cambio tan radical en la ordenanza, que puede poner en riesgo sus inversiones y su actividad”, ha expresado Antoñanzas.
Para el concejal, “existen también unas cuestiones de forma que nos hacen pensar que esta ordenanza se va a tener que modificar”. En su opinión, “en algunos puntos está tan alejada de la realidad, que estoy convencido de que el Gobierno y los grupos que la apoyan lo saben. Creo que han planteado unas medidas desproporcionadas, con una única intención, alarmar a los profesionales del sector para luego negociar con ellos. El Ayuntamiento parte de una propuesta inaceptable, para luego reducir las exigencias y vendernos que han dialogado”.
Antoñanzas cree que “así no se hacen las cosas entre el Ayuntamiento y los ciudadanos, los empresarios de hostelería se merecen más respeto por su trabajo y su modo de vida. La ordenanza que tiene que proponer de salida el Ayuntamiento tiene que ser realizable desde la primera propuesta e, indudablemente, esta no lo es”.
Por otra parte, “es incompleta”, ha indicado el edil, quien ha apuntado que “faltan el régimen sancionador y el tiempo de moratoria para adaptarse a la misma, cuestión clave para algunos aspectos. Está claro que no es lo mismo disponer de 2 o de 20 años para adaptarse a la normativa. Parece más lógico que por parte del Ayuntamiento se terminase el borrador de la ordenanza de forma completa y entonces lanzarse a presentarla para el debate de la sociedad y no guardarse una baza tan importante como las sanciones, a expensas de cómo queden las negociaciones”.
Antoñanzas exige al Ayuntamiento que “presente una ordenanza sensata y completa, con la voluntad de trabajar conjuntamente con vecinos, asociaciones implicadas, comerciantes y hosteleros para acordar el texto final de forma consensuada”. En todo caso, “desde el PR+, seguiremos estudiando la nueva Ordenanza, escucharemos las diversas opiniones, algunos hosteleros ya se han dirigido a nosotros y, si se mantiene esta ordenanza tal cual, presentaremos las alegaciones que correspondan, aunque deseamos que se rectifique antes y no se someta al sector a una situación de inquietud innecesaria”, ha concluido el edil.