La fábrica de harinas `La Gloria´ de San Millán sale de la lista roja de Hispania Nostra tras su rehabilitación
La fábrica de harinas La Gloria, en San Millán de la Cogolla, ha sido rehabilitada y restaurada durante estos dos últimos años y se ha reconvertido en museo.
Ingresó en la Lista Roja del Patrimonio (www.listarojapatrimonio.org) que elabora la asociación Hispania Nostra en abril de 2019, ya que existía un claro riesgo de pérdida dado el avanzado estado de desgaste que presentaba la construcción. Pero la fábrica de harinas La Gloria ha vuelto a recuperar su antiguo esplendor tras las acertadas obras de rehabilitación llevadas a cabo por sus propietarios y, por ese motivo, se incorpora a la Lista Verde del Patrimonio.
La fábrica está situada a orillas del río Cárdenas, levantada sobre uno de los antiguos molinos pertenecientes al Monasterio de Yuso. Los edificios del conjunto tienen varias formas y épocas de construcción. El edificio delantero, que es el más grande, fue construido en cal y canto, con muros de casi un metro de grosor, con un pequeño chaflán en su parte este. Delante de este edificio está el patio delantero, utilizado para la recepción de materias primas y la expedición de mercancías elaboradas. Aunque no es un edificio como tal, el canal que alimenta las turbinas forma parte de la construcción, que nace a la altura del Monasterio de Yuso y tiene una longitud aproximada de un kilómetro. Pegado al edificio principal se levantaba un anexo en la parte sur, de una sola planta. Allí es donde estaba la entrada de agua y la turbina del molino original. Está por una parte unido al edificio principal y comunicado por una puerta. Debajo de su suelo es donde se encuentra el tubo de aspiración de la turbina y el comienzo del desagüe de la misma. Sobre esta parte, a principios del s. XX se levantó el edificio de la fábrica, hecho de ladrillo. Paralelamente a la construcción de la fábrica, se añadieron por la parte oeste más edificios de ladrillo, destinados al almacenaje de productos terminados. La propiedad conjunta supera los 5000 m2 y se han ido incorporando fincas a lo largo del todo el canal, sumando más de 25.000 m2 de paraje natural a orillas del río Cárdenas.
La edificación original, compuesta de molino de piedras y vivienda, perteneció a los monjes benedictinos como parte de las propiedades adscritas al Monasterio de Yuso, junto a otros seis molinos. Existen varios documentos que ya describen la existencia del molino como propiedad del monasterio. En 1902, el bisabuelo del actual propietario, Santos Vázquez, transformó el molino en una fábrica de harinas de tecnología francesa. Se conservó la estructura del molino original y levantaron tres plantas más. Se bautizó como “La Gloria”, en honor a la mujer de Santos, sumándose así a una larga tradición familiar molinera y harinera. Durante muchos años la fábrica también fue panificadora, dando uso al horno de pan de piedra giratoria que había en la planta baja de la vivienda. Ese elemento no se conserva hoy en día. La fábrica estuvo en funcionamiento hasta hace diez años, pero conserva toda su maquinaria y estructura originales. Por ejemplo dos turbinas Francis de principio de siglo, una de cámara cerrada y otra de cámara abierta, siendo una de 1902 y la otra de 1925. Ambas están actualmente en funcionamiento gracias a las múltiples rehabilitaciones. La fábrica también alberga otra pequeña joya, un motor Crösley que ayudaba a mover la fábrica en las estaciones con menos agua. Está compuesto de un solo cilindro y su volante de inercia pesa 2500 kg. Entre sus peculiaridades cabe destacar que era encendido con sus propios gases, insertados en un compresor situado en la pared, y se aprovechaba su refrigeración de
circuito abierto con agua procedente del río, para que la gente del pueblo pudiera lavar la ropa con agua caliente. Es por ello que San Millán no tiene lavadero.