La Sala Amós Salvador acoge la exposición `Escenas de caza´
La muestra, que permanecerá hasta el 3 de septiembre, refleja la belleza tecnológica que produce la destrucción.
El director general de Cultura y Turismo, Eduardo Rodríguez Osés, ha participado en la presentación de la exposición de fotografía ornamental “Escenas de caza”, una muestra que refleja la belleza tecnológica que produce la destrucción, que acoge la Sala Amós Salvador. Junto con el director general, también ha asistido la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Logroño, Pilar Montes.
La muestra, organizada por Cultural Rioja, podrá visitarse hasta el 3 de septiembre, de lunes a sábado de 11 a 13 y de 18 a 21.00 horas.
Escenas de caza consiste, aparentemente, en una extensa serie de fotografías de aviones de guerra, más específicamente de esa especial tipología de avión de ataque rápido, que suele denominarse «caza».
Los aviones están acompañados de inquietantes paisajes en los que domina un cielo de nubes que posa sobre una delgada línea de horizonte y el espacio vacío de cemento o asfalto de pistas de despegue y aterrizaje. Podríamos decir con mayor precisión que este catálogo de aviones, de cazas, se completa con los paisajes; incluso que estos extraños paisajes acentúan una visión de alucinación y de sobrecogimiento. En efecto, estos paisajes, que poseen algo de no-paisaje, parecen una evocación del vacío.
El sentido de estas imágenes, desde la repetición estructural de la máquina en los diversos modelos, hasta su variedad y multiplicidad estética como armas letales y de «destrucción masiva», nos sitúa en un extraño espacio y «estado de excepción». La mirada se inserta en la contradicción de la conciencia ética, en la paradoja de la belleza tecnológica que, sin embargo, produce la destrucción.
Biografía
Valentín Vallhonrat estudió Geografía e Historia y Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. Desde 1986 colaboró como fotógrafo de moda con Vogue en sus ediciones alemana, inglesa, portuguesa, italiana y japonesa, trabajando en múltiples campañas publicitarias de ámbito nacional e internacional.
En 1990 se le concedió el premio Cecil Beaton de fotografía. Además de su trabajo personal, en los años 90 montó un laboratorio fotográfico especializado en tirajes de alta calidad para múltiples exposiciones por todo el mundo.
Valentín Vallhonrat aborda sus temas como un coleccionista de esquemas que se repiten en lugares y situaciones diversas. Su trabajo se plasma en series de sólida unidad formal y conceptual entre las que figuran Sueño de animal (1989), donde lo vivo y lo muerto sirven como modelo o Cristal oscuro (1992), un análisis de la naturaleza humana a partir de su representación, que sentó las bases de toda su producción posterior, crítica con los modelos de una realidad construida por la cultura a modo de imágenes simbólicas.
En esta línea se enmarcan Room for love (1998), una particular búsqueda de huellas en escenarios rituales, Faces for love (1998), primerísimos planos de bocas de maniquíes con los que reflexiona sobre el canon de belleza impuesto por Hollywood; o Moonlight (2003), reconstrucción de paisajes de peregrinación turística.
Su obra ha sido expuesta en museos como el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid (Tender Puentes en PHotoEspaña en 2007), el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Room for love en 2000), The Museum Moscow House of Photography, el National Museum of Photography de Bradford, Palau de la Virreyna de Barcelona (Vuelo de ángel en 2004) y en galerías como Elba Benitez de Madrid (Moonlight en 2003), y Visor de Valencia.